En el Primer Comité Intersectorial Departamental de Pólvora para la Vigilancia y Control, realizado en Santa Marta, la Defensoría del Pueblo llamó la atención sobre la necesidad urgente de fortalecer acciones de control estricto, prevención y sensibilización.
En el espacio, la Oficina para la Gestión del Riesgo de Desastres y Cambio Climático Departamental socializó el Decreto 480 de 2025 de la Gobernación de Magdalena, cuya finalidad es recomendarles a alcaldes y alcaldesas poner en marcha medidas eficaces sobre la tenencia, producción, almacenamiento, comercialización, transporte, manipulación y quema de pólvora y elementos pirotécnicos.
Durante el encuentro fue presentado el balance, con corte al 10 de diciembre, que da cuenta de 15 personas afectadas por manipulación de pólvora en el departamento del Magdalena. Esto representa un incremento del 15% en comparación con el mismo periodo del año anterior (los primeros días del último mes del calendario), lo que enciende las alarmas por el creciente riesgo.
A la Defensoría del Pueblo le preocupa sobremanera que siete de las y los afectados son menores de edad. Por ello es determinante, como lo expresa la sustentación del decreto en mención, que a niñas, niños y adolescentes les deben ser garantizados sus derechos fundamentales a la vida, integridad física, salud y recreación, razón por la que deben ser establecidas medidas de protección, teniendo en cuenta que sus derechos prevalecen sobre los de los demás.
Otro punto a tener presente, tiene que ver con la promoción de campañas de sensibilización, en particular en los municipios donde los controles de las autoridades son casi nulos. Al ser difundidos mensajes de protección, la comunidad —que incluye a padres, madres, adultos responsables y personas cuidadoras—, difícilmente verá a la pólvora como un elemento de diversión.
El manejo irresponsable de la pólvora puede derivar en lesiones físicas severas, como también en consecuencias que, incluso, pueden llevar al fallecimiento de la persona. Es por eso que la entidad hace un llamado al Estado, la familia y la sociedad: la pólvora, bajo ninguna circunstancia, es un juego, y menos en la época decembrina, en la que las celebraciones tienen que hacerse de manera responsable.
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