Estados Unidos y Colombia alcanzaron un acuerdo tras varias declaraciones cruzadas y amenazas de sanciones económicas, tras las políticas de deportación iniciadas por Trump desde su asunción a la Casa Blanca. Según el Gobierno norteamericano, Gustavo Petro aceptó “todos los términos propuestos” por la administración Trump, lo que incluye la recepción de deportados en vuelos militares.
El canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, confirmó la noticia en una comparecencia junto al embajador Daniel García-Peña y otros altos funcionarios. “Hemos superado el impasse con el Gobierno de Estados Unidos”, afirmó Murillo, quien también garantizó que los deportados serán recibidos en condiciones dignas.
El acuerdo prevé la suspensión de los aranceles anunciados por Trump contra las importaciones colombianas. Sin embargo, se mantendrán restricciones de visados para altos funcionarios colombianos y controles reforzados en aduanas hasta que se complete el proceso de repatriación.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, señaló que el éxito del primer vuelo de deportados será crucial para eliminar las sanciones restantes. Mientras tanto, el presidente Trump reafirmó su intención de presionar a otros países para que cooperen en la repatriación de sus ciudadanos.
El conflicto escaló cuando Trump anunció aranceles del 25% sobre todos los productos colombianos, con la posibilidad de elevarlos al 50% en una semana, como respuesta a la negativa inicial de Petro de aceptar dos vuelos con deportados. La escenificación de los deportados esposados y en aviones militares hacia otros países como Brasil encendieron las alarmas e hicieron escalar el conflicto hacia amenazas arancelarias.
este conflicto un asunto delicado para ambos países. La balanza comercial incluye exportaciones colombianas de alto valor y la importación de productos agrícolas esenciales desde EE. UU., como el maíz estadounidense, que es clave para el abastecimiento del país sudamericano.
Pese a las tensiones, el acuerdo alcanzado parece dar un respiro a las relaciones diplomáticas, aunque deja en evidencia las complejidades de la política migratoria y su impacto en la región. A medida que ambas naciones buscan estabilizar sus relaciones, los detalles de la implementación del acuerdo serán observados de cerca tanto a nivel local como internacional, marcando un precedente en la manera en que Estados Unidos maneja este tipo de conflictos.
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