En Santa Marta, alterar, tapar o doblar la placa de una motocicleta ya no es visto como una simple travesura para evadir las fotomultas. Hoy, esta práctica constituye un delito que puede acarrear penas de hasta nueve años de cárcel, según lo establecido por las autoridades judiciales.
La advertencia se produce en medio de una estrategia conjunta entre la Secretaría de Movilidad Distrital, la Fiscalía General de la Nación y la Policía Metropolitana, que adelantan operativos de control en diferentes sectores de la ciudad. Estas acciones han permitido la inmovilización de varias motocicletas cuyos conductores intentaban ocultar las placas con diversos métodos.
El secretario de Movilidad, Fidel Castro, fue categórico al afirmar que esta conducta ya no puede considerarse una infracción menor.
Las investigaciones han evidenciado que muchos motociclistas reinciden en este tipo de prácticas, utilizando desde cintas negras y ganchos plásticos hasta mecanismos retráctiles o vidrios oscuros para impedir la lectura de las placas por parte de las cámaras o los agentes de tránsito.
Cada caso detectado conlleva sanciones administrativas y procesos judiciales. Los conductores sorprendidos en flagrancia son puestos a disposición de la Fiscalía, que analiza la gravedad de los hechos para determinar si la conducta constituye un delito doloso.
Con esta medida, las autoridades buscan enviar un mensaje contundente: manipular la placa de un vehículo no solo es una falta grave, sino un delito que puede llevar a prisión a quienes pretendan evadir la ley.
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