Fredy Guarín, ex futbolista colombiano reconocido por su sobresaliente trayectoria en clubes como el Porto, el Inter de Milán y la Selección Colombia, Decidió contar su emotiva historia de batalla contra el alcoholismo y su cambio personal con el fin de motivar a otros.
En un conmovedor testimonio, Guarín reveló cómo el alcoholismo lo llevó a desmoronarse, amenazando su trayectoria profesional, su familia y hasta su existencia. “En cualquier borrachera me iba a morir”, confesó Fredy, recordando esa época en la que el dinero y la fama lo llegaron a cegar.
Durante su trayectoria por China, los excesos se volvieron habituales, “En China sí supe lo que era el alcohol de verdad, desde el primer día que llegué me degeneré alcohólicamente. Me levantaba para ir a entrenar y después del entreno, alcohol.
Descansaba un poco, entreno y alcohol y así era todos los días”, aseguró. Su vida solo estaba llena de celebraciones, lujos tenía una vida extravagante que perjudicaron su bienestar físico y emocional.
Durante la pandemia, la situación se agravó, cuando, en aislamiento, llegó a consumir hasta 70 cervezas en una única noche. El momento crucial llegó después de un intento fallido de suicidio “Yo vivía en el piso 17 y me desconecté de la vida, de todo, mi reacción fue mandarme por el balcón”, pero por fortuna “había una malla, salté y me devolvió, yo obviamente inconsciente de lo que estaba haciendo, yo no sé qué pasó”. y también un episodio polémico en el hogar de sus padres que lo llevo a tomar una decisión que cambiaría su vida.
Desde ese instante, Guarín optó por buscar ayuda. En Envigado, Antioquia, halló respaldo en una clínica de rehabilitación, bajo la dirección de una ex docente que confió en él y lo orientó en su proceso de recuperación.
Hoy, a sus 38 años, Fredy Guarín lleva una vida de sobriedad, distanciado del fútbol profesional, pero dedicado a un solo objetivo: Motivar a los demás a vencer sus propias adversidades. La vida del futbolista dio un giro que era necesario, actualmente desde su refugio, en Envigado, goza de una vida serena al cuidar de caballos y reflexionar sobre su vivencia.
El próximo año, Fredy será embajador en Estados Unidos de la estrategia de salud mental en contra de estas enfermedades en los deportistas. transmitiendo un mensaje de victoria y optimismo. “Dios me dio un objetivo: mi historia puede salvar vidas”, aseguró con la misma determinación que un día lo llevó a brillar en las canchas.