La violencia en varias regiones del país sigue en aumento. En la más reciente jornada, presuntos integrantes del ELN incineraron un bus en la vía que conecta a Medellín con la Costa Atlántica. Este hecho se suma a otro ataque registrado un día antes en el mismo sector, donde un soldado resultó herido.
En Uribia, La Guajira, las autoridades decretaron toque de queda tras una serie de hechos violentos que han generado zozobra entre la población. La medida busca contener la creciente ola de inseguridad en la zona.
Por su parte, en Norte de Santander, la crisis humanitaria se agrava con el desplazamiento masivo de personas debido a los enfrentamientos entre grupos armados. Según el más reciente balance, en el Catatumbo, la violencia ha dejado 71 muertos, 54.989 desplazados y 23.860 personas confinadas en los últimos días.
En el Cauca, la situación también es crítica. Cerca de mil pobladores de dos consejos comunitarios en López de Micay se han visto obligados a abandonar sus hogares debido a los combates entre la fuerza pública y un grupo armado ilegal, que ya completan una semana.
Mientras tanto, en Valledupar, las autoridades adelantan operativos tras la aparición de grafitis alusivos a las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada en el barrio Cinco de Enero y en el colegio Loperena Garupal.
Finalmente, en Mesetas, Meta, 24 firmantes de paz y sus familias se han refugiado en el polideportivo del casco urbano, tras recibir amenazas de grupos armados.
Las autoridades han reforzado operativos de seguridad en las zonas más afectadas para intentar contener esta nueva escalada de violencia en el país.
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