El hecho tuvo lugar el jueves 31 de octubre pasado, cuando una cuidadora de la fundación Alma Perruna arribó al aeropuerto Simón Bolívar de Santa Marta con la intención de viajar con Alvin, un can que presentaba una fractura de cadera y diversas lesiones después de ser atropellado por un taxi en la capital del Magdalena.
“Hoy ha sido un día realmente catastrófico de verdad. Wingo, qué triste ver su falta de solidaridad. Tuvimos que pagar dos veces un pasaje ya comprado (…) pero como la plata en estos casos no es tan importante como una vida que necesita ser trasladada de Santa Marta a Bogotá, lo hicimos. Pero nunca es suficiente”, se lee en un mensaje publicado en la cuenta de Instagram de la fundación, acompañado de un video en el que se ve la frustración de la cuidadora en el aeropuerto al vivir el sinnúmero de trabas que le pusieron para viajar.
Además de que la cuidadora tuvo que pagar dos veces el viaje de Alvin, denunció que el equipo de la aerolínea, en lo que muchos percibieron como una falta de empatía, le solicitaron que el perro se subira al avión caminando, “misión imposible, tiene fracturas por atropellamiento”, añadió la publicación de la fundación Alma Perruna.
A pesar de lo ocurrido en el aeropuerto de Santa Marta con la compañía aérea Alvin logró llegar a Bogotá y, aparentemente, obtener el tratamiento requerido.
Las acusaciones contra Wingo generaron revuelo en redes sociales, donde muchos usuarios criticaron la falta de empatía de la aerolínea.
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COMUNICADO DE WINGO
En un comunicado, Wingo detalló que ha respetado el protocolo de seguridad operacional establecido para el traslado de mascotas, que dicta que cada animal de compañía debe tener la capacidad de movilidad independiente. No obstante, después de examinar el caso, autorizaron que el perro subira y desplazarse con un acompañamiento especial.
Wingo expresó su pesar por el error cometido y se comprometió a examinar el caso para adquirir conocimientos como empresa y seguir siendo la aerolínea ‘petfriendly’ para los colombianos.
La entidad denunció que, además de requerir que el perro llegara caminando, el equipo de la compañía aérea les exigió pagar el pasaje dos veces.
A pesar de las trabas, Alvin pudo llegar a Bogotá y, al parecer, recibir el tratamiento que necesitaba.
Las acusaciones contra Wingo generaron revuelo en redes sociales, donde muchos usuarios criticaron la falta de empatía de la aerolínea.
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